Mi afición al cine y a las películas nació aquella tarde en que mi madre me llevo al cine por primera vez, al menos no recuerdo otra ocasión previa, viviendo una realidad paralela, una realidad virtual, escapando de un mundo caótico y lleno de conflictos, será que tendría acaso 10 años, fue una emoción que aún experimento al entrar a una sala de cine, es una alegría extraña, una sensación de ansiedad no contenida, todo un ritual para mí, los cortos siempre me han encantado, es como el canapé, el preámbulo de algo realmente excitante, las luces se apagan, la pantalla toma más vida e inicia la película. Un joven con un peculiar chaleco rojo y jeans azules su novia al lado, de repente un destello, luces intensas, ligeras explosiones y entra en escena el DeLorean del futuro con el doc Brawn en un traje cósmico, así inicia mi experiencia personal, mi libertad solicitada, mi anhelo de volar y transportarme a una realidad inversa, a una realidad de 180º de diferencia en donde yo pudiera salvar al mundo o al menos salvar mi mundo de su inefable destrucción, quizá ahí me volví un poco nihilista, desde entonces comenzó mi admiración por el cine y su ciencia, por su fondo y su forma, por entender las cosas sutilmente susurradas en una película, se volvió una obsesión quizá pero una bella forma de desaparecer por un instante del mundo tangible.
Aún en ocasiones me descubro deseando un DeLorean !
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